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Por Ulises Castellanos

La primera fotografía del mundo se hizo en el año de 1826. Esa imagen es conocida como «Vista desde la ventana en Le Gras» y fue realizada por Niépce, con una exposición prolongada de alrededor de ocho horas.

Permítanme una licencia casi poética, imaginemos juntos, ese día hace dos siglos: 

En la tenue luz de la mañana parisina, Joseph Nicéphore Niépce ajustaba con paciencia el aparato que había construido con sus propias manos. Era 1826, un día frío y silencioso, donde el bullicio de la ciudad aún dormía bajo un cielo grisáceo. Frente a él, la ventana abierta de su estudio mostraba un paisaje anodino: los tejados andantes de barro, las chimeneas que soltaban humo perezoso y, a lo lejos, la calma intacta de los suburbios.

Niépce colocó la placa de peltre recubierta con betún de Judea en la cámara oscura, la única esperanza para capturar aquel destello de luz que él creía efímero. Sus manos, ligeramente temblorosas por la incertidumbre, ajustaron cada tornillo con un cuidado casi reverencial mientras el tiempo empezaba a dictar su sentencia. Minutos que se alargaban, una exposición prolongada para los estándares de cualquier otro, pero necesaria para su experimento.

No había aplausos, ni cámaras ni más ojos que los suyos atónitos cuando finalmente retiró la placa, sin saber que en ella yacía la primera imagen fotográfica de la historia. Niépce contempló su creación con una mezcla de incredulidad y asombro, sin comprender aún que aquel instante congelado en tiempo rompería las barreras de la memoria y cambiaría para siempre la manera en la que la humanidad vería el mundo.

Afuera, París seguía su rutina indiferente, sin saber que, en ese pequeño cuarto, una revolución silenciosa acababa de nacer.

A partir de hoy y durante los próximos meses, escribiré alternadamente sobre un invento que vio la luz, hace dos siglos; el próximo año se celebrará en todo el planeta la invención de la fotografía que cumplirá sus primeros 200 años. Aquí les contaremos todo lo que viene.

El impacto cultural de la fotografía desde su invención en 1826 ha sido profundo y transformador en múltiples aspectos, con una relevancia histórica y un cambio de hábitos que han influido desde entonces.

La fotografía nace en 1826 con Joseph Nicéphore Niépce, quien logró la primera imagen permanente usando la cámara oscura y una placa fotosensible, dando inicio a una nueva forma de capturar la realidad casi tal como es, sin intervención artística directa como en la pintura.

En 1839, Louis Daguerre popularizó el daguerrotipo, un proceso que reducía el tiempo de exposición y hacía viable el retrato fotográfico, ampliando su acceso a la clase burguesa y democratizando la imagen. A lo largo del siglo XIX y XX, la fotografía documentó momentos clave como guerras (las dos Guerras Mundiales), escenas históricas, y cambios sociales acelerados por la industrialización y la urbanización, convirtiéndose en un testimonio visual indispensable para la memoria colectiva.

La llegada de la fotografía en color en los años 30 y la fotografía digital en en el siglo XXI, supusieron nuevas revoluciones técnicas que ampliaron el alcance y la democratización de la fotografía, hasta el punto de tener hoy la cámara en un dispositivo móvil y conectado a internet, integrando la imagen a nuestra cultura cotidiana.

La fotografía transformó hábitos al facilitar la documentación inmediata y accesible de la vida cotidiana, acontecimiento y personas. Se pasó de pinturas caras y exclusivas a fotografías baratas y masivas. Cambió por completo la percepción de la realidad y la historia al ofrecer una «huella real» del mundo, que hoy permite ver y conservar momentos con un nivel de detalle y objetividad inéditos.

La popularización de la fotografía impulsó nuevos comportamientos sociales, como el retrato familiar, el álbum fotográfico personal, y el registro visual de viajes, cambios sociales y eventos importantes. En el siglo XXI, la fotografía digital y las redes sociales fomentan el hábito de capturar y compartir imágenes constantemente, influenciando desde la comunicación hasta la autoexpresión y el activismo.

La fotografía revolucionó la información y el periodismo, posibilitando reportajes gráficos que cambiaron la forma en que se comunica y se entiende el mundo. Facilitó la democratización del arte y la cultura visual, permitiendo a más personas experimentar y expresarse mediante la imagen. Esto ha sido crucial en el activismo social y la defensa de derechos humanos, inmortalizando injusticias y movilizando conciencias a nivel global.

La evolución tecnológica convirtió a la fotografía en una herramienta cotidiana, influyendo en la publicidad, el entretenimiento, la moda, la ciencia y la educación.

Es decir, la fotografía ha sido una revolución cultural, técnica y social. Desde su primera imagen en 1826. Esto ha cambiado cómo percibimos, recordamos y compartimos el mundo, haciendo visible lo invisible y permitiendo congelar la historia en imágenes para siempre.

Hoy arrancamos esta serie sobre el invento más trascendente cultural y socialmente de la historia, a nivel global. Por lo pronto, aquí les comparto 10 momentos clave representados por fotografías icónicas del siglo XX que documentan nuestra capacidad de resiliencia histórica:

El primer vuelo de los hermanos Wright (1903): La fotografía capturó el primer vuelo motorizado, controlado y sostenido de la historia, demostrando un gran avance tecnológico en la aviación.

Niña trabajando en un molino de algodón (1908): Imágenes como la de Sadie Pfeifer, una niña trabajando en condiciones duras, ayudaron a crear conciencia sobre el trabajo infantil y la necesidad de leyes para proteger a los niños.

El desastre del dirigible Hindenburg (1937): La explosión y caída del Hindenburg en Nueva Jersey fue capturada en fotos impactantes que marcaron el fin de la era de los dirigibles comerciales.

La Guerra Civil Española «The Falling Soldier» (1936): Captura el momento en que un soldado cae herido o muerto, simbolizando el horror y la realidad de la guerra. Imagen de Robert Capa.

Fotografía de la bandera en Iwo Jima (1945): Fotografía que muestra a soldados estadounidenses izando la bandera en la cima del Monte Suribachi durante la Segunda Guerra Mundial, símbolo de victoria y sacrificio.

El beso en Times Square, Día de la Victoria en Japón (V-J Day, 1945): Imagen de la celebración espontánea del fin de la Segunda Guerra Mundial que refleja la alegría y el alivio de la población.

Manifestación de poder negro en los Juegos Olímpicos de México (1968): Fotografía de los atletas Tommie Smith y John Carlos levantando sus puños en señal de protesta contra la discriminación racial.

El «Tank Man» frente a los tanques en Tiananmen (1989): Imagen emblemática de la protesta pacífica de un solo hombre frente a tanques en la Plaza Tiananmen en China, símbolo de resistencia y valentía.

Liberación de campos de concentración (1945): Fotografías que documentaron los horrores del Holocausto cuando las tropas aliadas liberaron los campos en Europa.

La imagen de «Bloody Saturday» durante la Segunda Guerra Sino-Japonesa (1937): Fotografía de un bebé herido en medio de la destrucción en Shanghái que conmovió al mundo y generó protestas internacionales.

Estas fotografías y miles más, han configurado nuestra comprensión y “recuerdo” del mundo, no solo documentaron hechos históricos, sino que también influyeron en la opinión pública y en la memoria colectiva global a lo largo de los últimos dos siglos.

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