La definición clásica del retrato fotográfico es la representación visual de una persona que busca mostrar sus cualidades físicas y morales, es decir, no solo la apariencia externa sino también aspectos psicológicos y expresivos del sujeto. Se trata de un género fotográfico que intenta capturar la esencia, personalidad y carácter del individuo retratado.
Características del retrato fotográfico clásico
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Representación fiel y reconocible: El retrato debe mostrar a un individuo único y específico, con rasgos identificables que permitan su reconocimiento.
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Captura de la apariencia y psicología: Además de la apariencia física, el retrato clásico busca reflejar el temperamento, carácter y alma del retratado, mostrando una dimensión psicológica y expresiva.
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Composición cuidada: El retrato clásico suele realizarse en un entorno controlado, como un estudio, con una iluminación meticulosa que resalte las facciones y expresión del sujeto. Se emplean técnicas de iluminación como la Rembrandt o la mariposa para aportar profundidad y carácter.
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Postura y expresión: La pose es generalmente erguida y elegante, transmitiendo solemnidad y respeto. La expresión facial y corporal debe ser natural pero cuidadosamente dirigida para reflejar la personalidad del sujeto.
Estos son algunos de los retratos que me han hecho amigos, colegas y extraños a lo largo de mi vida. Este he sido yo.
El retrato fotográfico clásico es un arte que va más allá de la simple imagen, buscando capturar la esencia y personalidad del individuo mediante una composición técnica y estética cuidadosa, con significados profundos relacionados con la identidad.
Aquí pueden ver tres retratos de cuando fui el editor de fotografía de Proceso, Excélsior y El Universal. Y un par adicional de momentos líquidos, uno en la frontera con Afganistán y la otra en algún lugar de la Ciudad de México.