Viajar es una aventura que despierta todos mis sentidos y me confronta con la riqueza y diversidad del mundo. Recorrer la India por un mes, como fotógrafo documental, fue sumergirme en un mosaico de colores, sonidos y emociones intensas que se quedaron tatuadas en mi memoria.
Cada rincón, desde los templos antiguos hasta los mercados bulliciosos, es una historia viva que intenté capturar con mi cámara para no olvidar, para preservar esos momentos efímeros que hablan de la vida en su forma más auténtica y vibrante.
La India es un viaje que transforma, donde la fotografía se vuelve una herramienta para conectar, entender y compartir las innumerables narrativas que transitan en sus calles.
Aquí un retrato que me hicieron en aquel viaje a finales de 2012.
